El Mensajero del Amor
Cuando hablaba con él me parecía que estaba loco. Solían llamarlo "El Mensajero del Amor". Solo hablaba del amor de Dios y de la abundante gracia que le otorga a sus hijos. "El Mensajero del Amor" se basaba en lo que Cristo hizo y no en las disciplinas que yo acostumbraba practicar.
"No es por lo que tú hagas Luis"- me decía, "Es por la fe depositada en Cristo ☝️".
Por mucho que él intentaba explicarme, yo solo me enfocaba en refutarlo. Cada vez que me decía: "Cristo lo hizo todo", yo tenía cantidades de versículos que probaban que nosotros debíamos hacer nuestra parte.
"¿Tú me estás diciendo que no tengo que orar?"- Le atacaba yo, pero el siempre respondía:
"Tienes un concepto errado de la oración".
Jamás le entendía, me parecía un falso maestro y cada vez que me acordaba de él, me enojaba en mi corazón pensando: "Este tipo de enseñanzas es peligrosa, algún día Dios pedirá cuentas de esto".
El Mensajero del Amor decía cosas como estas:
"Todas las religiones exigen que el hombre haga algo para ser mejor, pero el evangelio era la única que no exigía nada del hombre, excepto aceptar el regalo de Dios".
El Mensajero del Amor siempre le hablaba a mi familia y en sus discursos solía decirles:
"Confíen en Dios, eso es lo único que Él te pide".
Yo no podía permitir esto, mi deber era desmontar esta confianza, por esto iba al rescate de mi familia: "Síiii, debemos confiar en Dios, pero si el día del rapto, el Señor no te encuentra orando, ayunando o en el culto, te vas a quedar para la gran tribulación".
Una vez, El Mensajero del Amor me hizo la pregunta más loca hasta entonces. Me dijo:
"Luis, imagínate que pierdas la paciencia con tu esposa, y te enojes de tal manera que comiences a destruir cosas en tu casa, tires los platos al suelo y destruyas los vasos contra la pared. Si en ese preciso momento viene Cristo por su iglesia, ¿Te vas con Él ☝️ o te quedas para la gran tribulación?"
Con total convicción le respondí: "Por supuesto que me quedo". Me pareció una pregunta tan tonta cuya respuesta era más que obvia. Si Cristo te encuentra pecando,no hay dudas de que te vas a quedar. Lo que me dijo a continuación me dejó frío.
"Entonces, ¿Tu basas la salvación en tus propias obras?"
Después de meditar velozmente para presentar una defensa, le respondí como a los 10 segundos: "¿Tu me estás diciendo que puedo pecar las veces que yo quiera?"
Entonces me confrontó a partir de mi propia realidad. Me dijo:
"Te parece una locura, porque tú crees que quebrar unos platos contra el suelo es un pecado más grande que un mal pensamiento. Crees que es algo loco, porque piensas que destruir vasos contra la pared es más grave que criticar a otra persona. ¿Crees que los pecados tienen tamaños?, por tu respuesta, parece que para ti hay mentiras grandes y mentiras pequeñas. Si fuera como tú crees y el Señor llegare a venir en el preciso momento en que tú estás juzgándome como "falso maestro", te quedarías, porque estás enojado conmigo en tu corazón".
En ese momento me di cuenta que no tenía mi vida en orden. En la fachada, parecía un ejemplo a seguir pero delante de Dios, lidiaba con el enojo y murmuraba contra mis hermanos. En lo externo, jamás me enojaba, estaba activo en todas las actividades eclesiásticas, no mentía, no tenía vicios, asistía al culto todos los días, pero en mis adentros era experto para criticar a los que yo llamaba "cristianos ignorantes".
Tuve al final que asumir que no soy perfecto, y que jamás lo sería, antes, debía echar a un lado todas mis condiciones para ser salvos y bendecidos para creer en las condiciones que el Señor había establecido para ser salvos y bendecidos.
Pero ha sido doloroso decir "no puedo", pues he requerido ser humillado. Jamás hubiera aceptado la gracia si Dios, si Dios mismo no me hubiera convencido de que jamás lo lograría sin su gracia. Pero el Señor cada día debe golpear mi soberbia para que al final yo pueda asumir que todo depende de Él.
Santiago 4.6 "Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes".
Mientras yo creía que mi esfuerzo aportaba a la eterna voluntad de Dios, perdía todos los privilegios de la gracia, pues esta sensación de que yo era capaz no me permitía estar en posición de humildad. Pero tengo un Dios que me ama, y no lo sabía, su mano tiene que humillarme cada día para que deje de creer que todo lo obtengo porque cumplo con los ejercicios eclesiásticos.
Me tocó revisar la razón por la que practicaba todo lo que practicaba, y descubrí que yo oraba para poder alcanzar, ayunaba con el fin de obtener, estudiaba la escritura con el propósito de... En fin, todo lo hacía "para" y no lo hacía "porque". Toda mi motivación para practicar "disciplinas espirituales" era para obtener a Dios. La sensación que yo sentía era que "no tenía a Dios y por esto debía buscarlo". La realidad de Dios que no podía ver era que "Debido a que tengo a Dios porque fue él quien me buscó, es por esto que hago las cosas".
El Mensajero del amor me decía:
"NO debes orar para la victoria, debes orar desde la victoria. No estudies las escrituras para buscar aprobación, estudia las escrituras porque eres aprobado a través de Cristo"
¿Y qué del ayuno El Mensajero del Amor? - le pregunté. Fue cuando me respondió:
"Dentro de ti, está la vida de Dios, si ella lo demanda, entonces lo harás".
"Pero eso no es muy práctico El Mensajero del amor", le dije, -"Eso puede prestarse para que me siente a no hacer absolutamente nada". El Mensajero del Amor me respondió:
"Lo intentaste mil veces, procurabas no murmurar contra mi, y aún así terminabas enojado conmigo, ¿qué cambiará ahora, si intentas orar, estudiar la palabra o ayunar en tus fuerzas? No hay manera de que tú cuides de Dios, más bien su vida cuida de ti".
Entendí que la gracia es un nivel superior, es el nivel en el que dependemos de Dios. No cuido mi salvación, su salvación me cuida a mi. No cuido a Dios, Él me cuida a mi.
El Mensajero del Amor me decía:
"Cada día que lo intentes por ti mismo, Dios te mostrará que no puedes sin Él ☝️. Para vivir en Él ☝️ se requiere "gracia". Romanos 5:17 ... Reinarán en vida por Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia. Si notas bien, Luis, el verbo recibir está en presente continuo, ´RECIBEN´ lo que indica que debes estar dispuesto a recibir gracia continuamente, no una vez, sino a cada instante. Luis, la gracia de Dios te salvó, pero si quieres reinar en vida, esto es lo que debes hacer: Mantenerte "RECIBIENDO" la abundancia de la gracia y del don de la justicia. El Cristo que te salvó es el mismo Cristo que te está santificando".
No sé en qué momento dejé de enojarme con el Mensajero del amor para ahora preguntarle por cada misterio que Dios quiere mostrarme. Mis amigos me preguntan ¿Qué pasó? ¿Y ese cambio tan repentino? Tú no enseñabas gracia, de hecho, estabas en contra del Mensajero del Amor. Al revisar la razón, encontré que me conviene creer en la gracia porque descubrí que soy un pecador, un hombre lleno de errores al que le hace falta a Cristo a cada instante.
Ahora vivo hablando con Dios, ahora vivo comiendo su palabra, ahora vivo recibiendo gracia. De un momento a otro, mi relación con Dios cambió, ya no le doy nada, me deleito en recibir de Él ☝️. Entendí la gracia, me convenció el Mensajero del Amor. No había entendido hasta ahora que solo era un asunto de fe y relación.
Hoy miro hacia atrás y veo al otro Luis, al Luis que pretendía ser aprobado porque oraba en sus fuerzas, a ese Luis que se esforzaba por leer la Biblia y asistir al culto. Estoy tratando de predicarle que confíe en Dios, que no intente más en sus fuerzas, pero él parece no me entenderme, insiste en que puede hacerlo solo, claro, no se ha dado cuenta que es malo y aún cree que tiene mucho que aportarle a Dios
El día que el Mensajero del Amor lo convenza, se dará cuenta que todo lo que ha hecho en sus fuerzas no ha aportado en nada a su salvación y su santificación, entonces me preguntará ¿Porqué no me di cuenta antes? Allí, estaré yo para decirle: "Bienvenido al club de los que necesitan a Dios para todo".
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