¿Conoces el Evangelio de la Gracia de Dios?
Un alto porcentaje de cristianos damos por sentado que conocemos el evangelio. Todos sabemos que el evangelio son las buenas nuevas de salvación, pero la mayoría piensa que esa salvación consiste única y exclusivamente en el perdón de pecados.
"El perdón de pecados es una parte vital del evangelio, pero no lo es todo".
Por el pecado entró la muerte al mundo. Es el pecado lo que le quita la vida al pecador, por esto, el problema más grande del hombre no es el pecado en sí mismo, sino lo que este causa:
¡La muerte!
Por esta razón no basta el perdón de pecados, sino que debemos ser resucitados de la muerte a las que nos llevó el pecado.
Hasta ahora
muchos estamos satisfechos con el perdón de los pecados pero no hemos podido
disfrutar del otro regalo que la gracia de Dios nos entregó: "La Vida de Dios en
nosotros".
"El evangelio es la expresión del
dulce amor de Dios a través de Jesucristo"
La mejor definición del evangelio la encontramos en Colosenses 2:13
"Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados"
El maravilloso evangelio de Jesucristo consiste en un acercamiento de Dios a una humanidad muerta en pecado, un acercamiento inmerecido (por gracia), para darle Vida con Cristo.
Si estamos atentos a la obra de Dios, podremos notar lo que incluye Su accionar:
1.- Se acercó cuando estábamos sumergidos en pecado:
No nos amó cuando estábamos orando, ni cuando estábamos haciendo buenas obras. No esperó a que nosotros tomáramos la iniciativa de practicar las disciplinas espirituales que nos exige la religión. La decisión de Dios de amarnos no dependió jamás de nuestra búsqueda de Él. Nos amó cuando estábamos haciendo lo malo, cuando la muerte estaba apoderada de nosotros.
2.- Dos regalos vienen incluidos en este rescate:
A.- Nos dio Vida con Cristo.
B.- Perdonando nuestros pecados.
La obra de Cristo en la cruz, es la solución más completa que Dios ha provisto para nuestra salvación. Dios nos Amó, nos ama y nos amará. Nada podemos hacer para que nos ame más y nada para que nos ame menos. Todo se trata de Él y para Él.
"Aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús".
(Efesios 2:5-7)
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